domingo, 13 de marzo de 2016

Primer encuentro con Vera

Solo se trata de abrir los ojos - le dijo ella. Pero era difícil. La luz lo cegaba. Estaba tan acostumbrado a no querer mirar que la nueva visión del mundo parecía quemarle las retinas. Dolían.

Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, empezó a ver las sombras, contornos, formas y figuras.
Su entorno no concordaba con lo que le habían contado, con lo que le habían enseñado a creer. ¿Era cierto todo aquello? Intentaba apretar los párpados, pero ya era tarde. La curiosidad por saber qué era eso que ella llamaba realidad era más fuerte que la resistencia de su cuerpo.

Hay que aprender a ver - le dijo ella. Su sonrisa fue la primera cosa hermosa que le obsequió la claridad. La primera promesa de equilibrio.

Ella le tendió su mano. Él la tomó, se puso de pie y,asustado como estaba, se dejó guiar.

Algún día, dejará de extrañar la oscuridad - se prometió ella.

Tania Hernández

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